El proyecto busca contribuir a que la gestión de residuos sólidos en Bolivia (diferentes niveles y actores, públicos, sociales y privados) priorice la reducción en la generación de residuos sólidos, la separación en origen y su aprovechamiento, antes que las soluciones de disposición final. El enfoque que se adopta para ello es la minimización de la cantidad de residuos (especialmente orgánicos) que se entierran en rellenos sanitarios o botaderos controlados. Con esta medida se reduce la generación de lixiviados y de gases de efecto invernadero. A la vez, la maximización del aprovechamiento permite menos residuos en disposición final, contribuyendo a una mayor vida útil de los rellenos sanitarios y mayor eficiencia en los sistemas. Lo anterior no es posible si no se cuenta con sistemas eficientes de recojo, transporte y almacenamiento de residuos, si la población no se hace corresponsable de la gestión ambiental y si los proveedores de servicios no son consolidados (capacidades técnicas y de gestión). Finalmente, con menos contaminación, más políticas públicas sectoriales adecuadas y servicios eficientes y sostenibles, se contribuye directamente a la mejora de condiciones de vida de las poblaciones, particularmente en relación con la salud pública.
El proyecto promueve la recolección diferenciada en los domicilios, asegurándose que los insumos de compostaje y materiales valorizables no se contaminen y se pueda reintroducir a los ciclos de producción. Este nuevo comportamiento inducido, promoverá grandes cambios en los modelos públicos y privados de gestión de residuos sólidos.
El proyecto actúa en tres niveles diferentes para contextualizar los modelos de gestión. En la ciudad de La Paz (1 millón de habitantes) a cargo de Swisscontact, Tarija (250.000 habitantes) a cargo de la Fundación Aguatuya y los municipios del Chaco boliviano (mancomunidad de municipios pequeños - 65.000 habitantes) a cargo de Helvetas Swiss Intercooperacion.