La mitad de los 7,500 millones de habitantes del mundo viven en ciudades y aportan casi tres cuartas partes de la producción económica mundial. Los expertos en demografía calculan que para el 2050 otros tres mil millones de personas vivirán en ciudades, lo que aumentará a dos tercios la proporción urbana de la población mundial.
No obstante, las ciudades y las zonas urbanas de todo el mundo tienen que resolver grandes desafíos sociales y ecológicos: contaminación, pobreza, desempleo, viviendas precarias, escasez alimentaria y falta de servicios básicos para más de mil millones de habitantes de barrios marginales, además de restricciones a la productividad por falta de infraestructura básica y una concentración de riesgos debidos a desastres naturales y al cambio climático.
Sin embargo, entre los muchos desafíos que existen para mantener el desarrollo urbano sostenible hay formas innovadoras que permiten que los alcaldes y las autoridades municipales puedan fomentar la creación de empleos y la prosperidad sin afectar la tierra y los recursos.
Swisscontact promueve una gestión ambiental integrada para así ayudar a las ciudades a resolver esos desafíos. Promovemos la idea de la Ciudad Verde como un proceso de diseño, construcción y gestión del desarrollo urbano a base de trabajar con actores públicos, el sector privado (desde los grandes agentes del mercado hasta las empresas medianas y pequeñas), fundaciones privadas y entidades públicas donantes, instituciones académicas (investigación, desarrollo, innovación y extensión) y la sociedad civil. Esto incluye ayudar a las autoridades locales a priorizar sus acciones para atajar los desafíos del desarrollo local.
Swisscontact promueve nuevos modelos de producción y consumo para aprovechar los recursos de manera eficiente, además de las medidas para reducir la contaminación del aire, el agua y el suelo. Al promover una gestión sostenible y transparente de los recursos, los habitantes de las economías emergentes y en desarrollo no sólo tienen ocasión de desarrollar y aplicar prácticas de desarrollo sostenible, sino que además las incorporan en sus actividades empresariales. Mediante la creación de empleos las personas se integran en la economía local, por lo que grandes segmentos de la sociedad pueden generar prosperidad sin dañar los recursos.