El proyecto contribuyó al desarrollo del sector privado y a la reducción de la pobreza mediante la mejora de la capacidad de los involucrados en la cadena apícola (productores, cooperativas, asociaciones, proveedores de equipos y tecnologías, y empresas exportadoras) para dar cumplimiento a las exigencias del mercado internacional en términos de calidad e inocuidad, Buenas Prácticas Apícolas (BPA) y normas técnicas, lo cual se tradujo en un incremento de la productividad, acceso a mercados e incremento de los ingresos para los pequeños apicultores.
FOCAPIS fue implementado por Swisscontact y cofinanciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), así como con el apoyo de diversos socios y actores estratégicos provenientes del sector público y privado, con una duración de tres años (enero 2016 a enero 2019). La sostenibilidad del modelo de intervención estuvo determinada por el enfoque de cadena orientado al mercado, en el sentido de la articulación entre los actores de la cadena (proveedores, productores y comercializadores) y el fomento de los espacios de concertación público-privado.
En el año 2016 el mercado internacional presentó una creciente demanda de miel, debido al aumento en el consumo de productos naturales. No obstante, el sector apícola de Nicaragua y El Salvador presentaban limitaciones para aprovechar estas oportunidades debido a dificultades en el cumplimiento de algunas exigencias relacionadas con la calidad e inocuidad, la poca aplicación de las buenas prácticas apícolas y el cumplimiento de normas técnicas. Otro aspecto que afectó aún más a la cadena apícola de ambos países, en ese momento, fue la caída de los precios internacionales de la miel convencional.
En este contexto inicia el proyecto regional Fomento de la Competitividad para una Apicultura Sostenible (FOCAPIS) en Nicaragua y El Salvador, el cual fue ejecutado por Swisscontact y cofinanciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), quien ahora es el laboratorio de innovación del Grupo BID (BID Lab) y contó, además, con el apoyo de varios socios y actores estratégicos provenientes del sector público y privado en ambos países. El proyecto FOCAPIS se implementó bajo el enfoque de cadena de valor, desarrollando intervenciones en diferentes eslabones y facilitando la articulación de productores de la base de la pirámide con empresas comercializadoras y exportadoras.
El sector apícola de Nicaragua está compuesto por 1 400 apicultores registrados, con 46 828 colmenas, que tienen un rendimiento promedio nacional de 27.3 kg/colmena. La gran mayoría (90%) son micro y pequeños apicultores, con un promedio de 22 colmenas, los cuales venden su producción a asociaciones, intermediarios o directamente a las ocho empresas acopiadoras y exportadoras avaladas en el país, de las cuales dos de ellas son uniones de cooperativas. En El Salvador el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) posee un registro con 1 332 productores activos que en total suman 135 000 colmenas. De estos apicultores activos, un poco más de la mitad (52%) tienen entre uno y 50 colmenas, el 37.76% entre 51 y 200 colmenas y el 9.45% más de 200 colmenas.
La actividad apícola en El Salvador y Nicaragua está orientada principalmente a mercados internacionales. En Nicaragua el comportamiento de la exportación de miel ha sido oscilante en los últimos 10 años, teniendo su punto más alto en el año 2018 con 892.38 toneladas métricas (TM) y su punto más bajo en el año 2010 con 287.27 TM (IPSA, 2018). En el 2016, año en que inició el proyecto FOCAPIS las exportaciones de Nicaragua fueron de 459 TM. En El Salvador, el punto más alto de las exportaciones fue el 2015 con un total de 2 501 TM, mientras que el más bajo fue en el año 2008 con 1 123 TM de miel exportada. Es preciso destacar que desde el año 2008 las exportaciones de miel en El Salvador mostraron una tendencia al alza, hasta que en el año 2016 las exportaciones cayeron a 1 239 TM, cantidad similar a la exportada en el año 2009 que fue de 1 207 TM de miel (ITC, 2018).
Ambos países en el año 2016 tuvieron una caída en las exportaciones, aunque la dimensión de las pérdidas fue diferente. En Nicaragua, en el año 2015 el valor de las exportaciones fue de 2,3 millones de dólares, mientras que en el año 2016 el valor bajó a 1,7 millones de dólares. Este comportamiento fue similar a nivel de producción nacional y volúmenes de exportaciones. En El Salvador, la situación fue más grave, dado que en el año 2015 este país obtuvo 9 millones de dólares por las exportaciones, pero un año después (2016) este valor se vino abajo a 2.6 millones de dólares. Este último es el contexto en el que inicia el proyecto (ITC, 2018). Varios apicultores sostienen que durante el año 2016 experimentaron una crisis debido a la caída de los precios de la miel en el mercado internacional y los bajos niveles de producción ocasionados por el cambio climático. Sin embargo, los apicultores reconocen que previo al momento de la crisis, ellos ya tenían dificultades con la producción, debido al poco conocimiento técnico, principalmente en la aplicación de las buenas prácticas apícolas (BPA).
La miel es un rubro de agroexportación con potencial de conexión con mercados de alto valor y que contribuye a la generación de ingresos para productores agropecuarios de pequeña y mediana escala. FOCAPIS atendió todos los eslabones de la cadena de valor, desde la producción primaria, hasta la exportación, fortaleciendo a proveedores locales de equipos y herramientas, formando a expertos, técnicos locales y apicultores de base, facilitando el financiamiento y articulando al sector público y privado a través de espacios de diálogo para desarrollar una agenda de trabajo en común.
Las áreas de intervención del proyecto fueron: productividad, gestión de calidad, organización empresarial y espacios de diálogo público - privado. En ambos países la intervención tuvo cobertura nacional y contó con el apoyo de varias instituciones socias.
Las alianzas estratégicas promovidas fueron fundamentales para ampliar el alcance e impacto de las intervenciones desarrolladas por FOCAPIS, logrando establecer 14 convenios de cooperación en Nicaragua y 11 en El Salvador. Estas alianzas permitieron apalancar recursos por un monto cercano al 35% de la inversión total, permitiendo que un mayor número de apicultores y proveedores de equipos e indumentaria apícola tuviesen acceso a los servicios promovidos por el proyecto.
Los principales aliados del proyecto en Nicaragua fueron: IPSA, HEIFER Internacional, INPRHU, ANF, CNAN – PRONAMIEL, Fundación Kolping, Fe y Alegría, Financiera Fundeser y The Working World (La Base), entre otros. En el Salvador: MAG, CENTA, UJMD, ENA, MJC, Asociación Cadena de la Miel, CONAPIS, ADEL Morazán, ASITECHI, OIRSA, BFA, entre otros.
FOCAPIS, en el área de fortalecimiento organizacional y empresarial, realizó acciones orientadas a mejorar las capacidades organizativas, empresariales y de mercadeo en 10 organizaciones apícolas (asociaciones, cooperativas y pequeñas empresas) a través de la elaboración de modelos de negocio, la implementación de Planes de Capacitación y Asistencia Técnica (PCAT) y el apoyo para que algunas organizaciones apícolas participaran en ferias internacionales.
En Nicaragua, se diseñó un Plan de Capacitación y Asistencia Técnica (PCAT) para cada organización. El Plan fue facilitado por personal clave del proyecto e incluyó asesorías técnicas especializadas dirigidas a las estructuras de dirección, personal técnico y administrativo de las organizaciones. Las sesiones incluyeron coaching para las estructuras de dirección y para el personal clave de las áreas que debían ser fortalecidas.
Intervenciones del proyecto:
Al iniciar el proyecto tanto en Nicaragua como en El Salvador, los pequeños productores apícolas desconocían la importancia de aplicar las buenas prácticas apícolas y de adoptar nuevas tecnologías para mejorar la calidad de la miel e incrementar sus rendimientos. Esta situación limitaba su competitividad debido a las exigencias de los mercados internacionales Para ofrecer una solución adaptada a las características del contexto, el Proyecto FOCAPIS diseñó el programa de formación en cascada para El Salvador y un programa de formación para apicultores de base en Nicaragua y colocó como eje central de los contenidos la aplicación de las buenas prácticas apícolas con énfasis en la adaptación al cambio climático.
Intervenciones del proyecto:
El proyecto FOCAPIS desarrollo, como estrategia para fortalecer la cadena de valor apícola de ambos países, un espacio de diálogo donde se articularon los diferentes actores que trabajan por el desarrollo del sector. Este espacio sirvió para discutir políticas públicas, identificación y selección de beneficiarios, estrategias territoriales, programas y proyectos para el desarrollo del sector.
En Nicaragua el área de intervención relacionada con los espacios de diálogo estuvo articulada por la Comisión Nacional Apícola de Nicaragua (CNAN), y se centró en la reactivación de las Mesas Apícolas Territoriales de Managua, León, Rivas, Matagalpa y Estelí, y en apoyar la actualización del Registro Nacional de Apicultores de Nicaragua (RENAPIN). El objetivo del RENAPIN es disponer de información actualizada del sector apícola por medio del registro nacional de apicultores.
En El Salvador la estructura referente fue la Mesa Nacional Apícola, que estuvo integrada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Comisión Nacional Apícola de El Salvador (CONAPIS), Asociación Cadena de la Miel de Abejas de los Apicultores de Occidente, Mesa Apícola de Oriente, Mieles Joya de Cerén, Exportadora Agroindustrial Liebes (EXAGROLI S.A. de C.V.), Valiente Peña (VAPE S.A. de C.V.), asociación Cooperativa de Comercialización, Aprovisionamiento, Ahorro y Crédito de Apicultores de Chalatenango de Responsabilidad Limitada (ACOPIDECHA de R.L.), Asociación Cooperativa de Comercialización, Aprovisionamiento, Ahorro y Crédito de Apicultores de La Libertad de Responsabilidad Limitada (ACAPILL de R.L.), Universidad Dr. José Matías Delgado (UJMD), Universidad de El Salvador (UES), Organismo Internacional Regional de Sanidad Animal (OIRSA) y Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico (Swisscontact).
En El Salvador, el área de intervención relacionada con los espacios de diálogo se centró en crear una propuesta participativa de Política Nacional Apícola, la cual fue elaborada con insumos de los miembros de la Mesa Nacional Apícola, y fue dicho organismo quien entregó el documento al presidente de la república, Salvador Sánchez Cerén el 24 de enero de 2019. El objetivo de la propuesta es promover el desarrollo sustentable de la apicultura, permitiendo a los productores una visión empresarial, sostenible y articulada con actores establecidos en los territorios; facilitando la generación de empleos, oferta de productos y servicios innovadores, inocuos y de calidad, en beneficio social y económico del país.
Intervenciones del proyecto:
FOCAPIS en el área de gestión de la calidad desarrolló acciones orientadas a mejorar la calidad e inocuidad de la miel, promoviendo la diferenciación de productos a través de la certificación orgánica y así acceder a mercados de mayor valor, contrarrestando la crisis de precios bajos de la miel convencional existente en ese momento en el mercado internacional. El proyecto también brindó asistencia técnica y acompañamiento a 10 empresas apícolas (cinco en cada país) en el cumplimiento de las normativas y sistemas de calidad. Algunas de las actividades realizadas en este tema son: la formación de personal técnico y la revisión y elaboración de manuales de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), manual de Procedimientos Operativos Estandarizados de Saneamiento (POES), y el manual de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP), entre otros.
En El Salvador es la primera vez que se desarrolla un proceso de certificación de miel orgánica, rompiéndose así el paradigma que no podía lograrse esta certificación debido a que es un país pequeño donde se incrementa el riesgo de contaminación por la alta densidad poblacional, por el desarrollo industrial, la cercanía con sistemas productivos convencionales y el desarrollo de las vías de comunicación terrestres. Actualmente, la empresa IMOCERT con el acompañamiento de Biolatina, está en proceso de certificar 2 000 colmenas propiedad de la Empresa Exportadora Mieles Joya de Cerén (empresa ancla en El Salvador) y otras 2 000 colmenas propiedad de seis apicultores proveedores de la empresa ancla. La principal motivación de quienes asumen el reto de certificar su miel como orgánica es la oportunidad de acceder a mercados de mayor valor ya que es un producto diferenciado. Lo que representa un gran reto para los productores, ya que como lo expresa la gerente comercial de la empresa exportadora Mieles Joya de Cerén, Claudia Ávalos, “la certificación ha requerido un gran esfuerzo, tanto de los proveedores de miel como de la empresa ancla para cumplir con los requisitos establecidos en el proceso de certificación”.
En Nicaragua el desafío de mejorar la gestión de calidad se orientó en lograr que la Empresa APIDOSA, la Unión de Cooperativas Agropecuarias El Sauce (UCASA R.L) y su red de proveedores, mejoraran la calidad e inocuidad de la miel, cumpliendo con los requisitos establecidos en el Reglamento de Producción Orgánica. FOCAPIS fortaleció a estas empresas a través del asesoramiento especializado en gestión de la calidad al personal encargado de los procesos productivos en los centros de acopio y plantas agroindustriales. El proceso de certificación de miel orgánica de APIDOSA y UCASA lo realizó la Empresa Biolatina. En el ciclo productivo 2017-2018, la organización de productores UCASA R.L logró exportar cinco contenedores de miel orgánica al mercado europeo (dos para Holanda y tres para Alemania), obteniendo un valor en las ventas de US$ 398 950, aumentando sus ingresos con relación al ciclo anterior en un 22%. En el ciclo productivo 2016-2017 UCASA exportó cuatro contenedores a un precio de venta de US$ 326 141.
Intervenciones del proyecto:
Al acercarme a las colmenas siento ese zumbido que me recuerda la vida, la naturaleza, y la energía que te da hacer lo que más amas. Todos los días estoy entre abejas, ellas son las artífices de un emprendimiento que comenzó en 2010 con tan sólo 13 colmenas. De inmediato, me enamoré de esta actividad, y con un pequeño préstamo y la capacitación de los programas de Swisscontact me lancé a la tarea.
Hoy tengo 300 colmenas, que producen 54 barriles de miel anuales. El esfuerzo es diario pero la satisfacción es muy grande; sobre todo cuando veo que puedo ayudar a mi comunidad. Tengo ocho jóvenes empleados y espero pronto tener 500 colmenas. Todos los apicultores mejoramos cada día de la mano de la capacitación y el acompañamiento, obtenemos más miel y de buena calidad. El conocimiento nos permite seguir adelante y no fracasar. Miro hacia atrás y recuerdo como empecé; sólo ocupándome de los apiarios para la crianza de abejas y hoy hago hasta la cosecha de la miel. A la apicultura hay que ponerle corazón, si no, es mejor no meterse.
Antes de comenzar a involucrarme en la apicultura, yo no sabía ni cómo era una abeja. Mis padres son artesanos de hamacas y esa cultura me la trasmitieron desde pequeña. A los nueve años empecé a tejer hamacas, pero es muy trabajoso y de poca remuneración, por eso decidí buscar otras alternativas. Ahí me topé por primera vez con las abejas. Junto a las mujeres de mi comunidad comenzamos con cinco colmenas, pero gracias a la capacitación fuimos progresando, hoy hasta las más jóvenes están dedicadas a esto.
Pienso que es importante que el conocimiento circule a favor de toda la comunidad para que todas avancemos. Así fue en nuestro caso; empezamos produciendo sólo miel, pero con apoyo de FOCAPIS, ahora la envasamos y comercializamos nosotras mismas. Empiezas a trabajar en una colmena, pero nunca sabes cuándo vas a terminar. Esta actividad te atrapa y te permite darle una mejor calidad de vida a tu familia y vecinos. Somos conscientes que, para avanzar, de cada colmena deben salir tres nuevas para así multiplicar las oportunidades y el conocimiento para todos.